SOCCER Y NEGOCIOS: Brasil, el nuevo rico del fútbol mundial

La llegada de estrellas como Diego Forlán o Clarence Seedorf confirma que el gigante sudamericano es uno de los países que más millones ingresa en el planeta en este deporte.

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Según el prestigioso grupo inversor estadounidense Goldman Sachs, para el año 2050 las grandes potencias económicas serán Brasil, Rusia, China e India. Todo gracias a su creciente población; tanto, que en unos años más acapararán el 40% del mercado internacional, base del crecimiento mundial. Esa premisa se refleja de manera palmaria en el gigante sudamericano. Actualmente es lejos el país de mayor crecimiento y esa solidez, obviamente, salpica al fútbol.
Así, la llegada de jugadores de la talla de Diego Forlán, Clarence Seedorf o Paolo Guerrero al Brasileirao habla de la buena “salud” de una liga que no tiene nada que envidiarles a los torneos más importantes de Europa, en cuanto a ingresos, salarios y repartición de dineros.
Cuando el balompié mundial sufre un claro proceso de contracción en los números, los equipos de la mayor nación de Sudamérica dan el golpe en la mesa. Clarence Seedorf, la reciente contratación de Botafogo de Río de Janeiro, marca una tendencia acompañada de muchos ceros. A la derecha, por cierto.
El ex volante de Milan eligió “O Fogao” por sobre otras alternativas. Al margen de la competitividad que da la liga de ese país, un sueldo de 3,6 millones de dólares convence a cualquiera. Es parte de la realidad de un campeonato que se maneja con hojas salariales que llegan a pagar cuatro millones mensuales y que ponen al torneo, incluso, sobre el rico fútbol de México.
“Han llegado jugadores de mucha calidad y eso, también, valoriza el producto del fútbol brasileño. Es un fenómeno muy parecido al que se dio en las décadas de los 70 y 80. Actualmente, la venida de jugadores como Seedorf, Diego Forlán en Inter de Porto Alegre o Deco en Fluminense demuestra la riqueza que tienen los clubes de este país en la actualidad. El fútbol brasileño es muy rico en valores y a eso ha agregado muchos millones a su desarrollo. La economía es más fuerte ahora, los derechos de televisión se transan en muchos millones y los auspiciadores están atentos a los nuevos valores”, asegura Carlos Alberto Parreira, técnico campeón con Brasil en la Copa del Mundo de Estados Unidos 1994.
No deja de tener razón. La solvencia del real frente a las monedas extranjeras tiene a Brasil como una de las economías más sólidas. El cambio les favorece por sobre el resto de los países latinoamericanos y eso explica, por ejemplo, la presencia de gran cantidad de turistas de ese país en los diversos países del “barrio”.
Esa danza de millones se traslada al fútbol. Sólo en el año pasado, los 20 clubes de la primera categoría tuvieron ingresos que sumados llegaron a los 1.045 millones de dólares, monto que representa un aumento de 88% respecto de 2010.
El grueso de esos dineros, más del 36%, proviene de cuantiosos contratos de televisión con la Rede Globo, la señal que monopoliza la transmisión de partidos. La estación divide los dineros en cuatro paquetes, donde Corinthians y Flamengo tienen el tope más alto, con ingresos de 56 millones de dólares cada uno, por cada temporada hasta 2015.
Para que usted se haga una idea, los clubes chilenos se reparten anualmente un promedio de cinco millones de dólares, ni siquiera el 10% de lo que reciben los clubes más importantes del país de la samba. Es más, los clubes menores, como Coritiba o Goiás, por nombrar un par, se llevan 14,7 millones de dólares.
Los contratos de patrocinio y publicidad representan el 18% de los ingresos de los clubes, mientras que las ventas de jugadores son el 15%. En el caso de las asistencias a los estadios, se facturan en 120 millones de dólares en total, lo que representa un incremento de 20% respecto de 2010.
“Los clubes están viviendo un momento muy bueno. Los contratos de TV son millonarios, se venden muchos jugadores y los equipos ocupan ese dinero para hacer grandes contrataciones con nombres importantes, el 80% de los cuales vuelven de Europa y valorizan el campeonato. Sin embargo, esta evolución financiera del fútbol brasileño está hipotecando el futuro”, advierte Emerson Leao, ex DT de Sao Paulo.
Y está en lo correcto. Si bien los ingresos son altos, la deuda que arrastran las instituciones también lo son. Botafogo, por ejemplo, terminó su balance con endeudamiento de 273 millones de dólares. “Los equipos viven en una burbuja. Gastan millones, pero no alcanzan a ingresar esas cantidades. El campeonato es bueno, pero a costa de una deuda”, advierte Clodoaldo, campeón en México 70.